“¡Me hubiera encantado haber coincidido en los bosques con el abuelo, hubiera sido muy bonito que las tres generaciones hubiéramos podido compartir el oficio a la vez!”, exclama Joanes Subinas Astigarraga, con una chispa de nostalgia. En sus palabras, se entreteje el anhelo perdido de haber podido vivir la tarea de gestor forestal junto a su abuelo, Juan Jose Astigarraga, cofundador de Astigarraga Kit Line, una empresa que ha tejido su vida entre los bosques. No fue posible pero tiene a su vera al mejor maestro: el director del área forestal de la empresa, Jose Juan Astigarraga, hijo de Juan Jose y tío de Joanes.
Joanes tiene 26 años y es el responsable del área forestal. Licenciado en Administración y Dirección de empresas, podría estar en un despacho entre números, que también porque se encarga de los contratos con los propietarios de los bosques o gestionar el stock de la serrería, pero lo suyo es el monte. Fuera y dentro del trabajo. Su profesión y su hobby: en moto, encumbrando una montaña, deslizándose por la nieve o visitando un pinar. Joanes late al ritmo de las montañas. De los bosques. “El primer sector me encanta”, aclara.
Jose Juan, director del área forestal, lleva 36 años en la empresa, entre compras y producción. Al principio de los principios, en un diminuto taller de Landeta fabricando caballetes; después en Urrestilla, con estanterías y botelleros de madera. Con el cambio de siglo, crece todo: aterrizan en la planta actual y nacen más caballetes y nuevo mobiliario. Hace unos quince años, sin dejar el área de compras aunque sí la producción en pro de la implantación de nueva maquinaria e instalaciones, comienza poco a poco con su padre “a aprender lo que es el área forestal”.
¿Y qué es el área forestal?
“Nos llaman los propietarios de los bosques y nos dicen qué tipos de pinares tienen. Si vemos que nos interesan, vamos a verlos. Una vez en el terreno, estudias si es apropiado para Astigarraga Kit Line. A partir de ahí empieza la negociación y la compra o no. Cuando adquieres el pinar, éste se prepara para la saca de la madera. Aquí intervienen nuestras cuadrillas o equipos forestales. Les decimos para qué producto es cada pinar. Según la medida que les proporcionamos, en base para hacer estanterías o caballetes, se tala el pino y se procede a la extracción de la madera”, explica Jose Juan. “Nuestro trabajo termina adecuando las pistas y dejándolas lo mejor posible. A partir de aquí empieza el trabajo del propietario. Desde Astigarraga Kit Line siempre incitamos a reforestar y les informamos de las ayudas y las subvenciones. Excepto algún terreno que se utiliza como prado para el ganado, el resto se reforesta”, añade Joanes.
Sostenibilidad y pasión por la naturaleza
Dedicada a la fabricación de muebles de madera maciza de pino Insignis, la esencia de Astigarraga Kit Line se entrelaza con la sostenibilidad, la reforestación y el amor por la naturaleza. Jose Juan lleva los bosques dentro: “En nuestra casa hemos palpado los bosques. La madera ha sido el centro de muchas conversaciones”. “Todo lo que yo sé, me lo han enseñado mi padre y su gran amigo Joaquín Egaña, del caserío Egurbide. Eran mis profesores”, añade. Cuando Juan Jose y Jose Juan no se ponían de acuerdo, el de más edad zanjaba el asunto rápido: “Haz lo que tú quieras”. “Zurdo”, como se le conocía a nuestro cofundador, y Egaña sabían casi leer entre las sombras de los árboles y distinguían a los lejos si un pinar era bueno o no. Y la vida, que muchas veces se antoja cíclica, se repite. Porque ahora Joanes dedica casi las mismas palabras a su tío: “Todo lo que sé, lo sé gracias a Jose Juan”.
A Joanes le dieron la oportunidad de empezar en el área forestal hace dos años. “¡No lo me lo pensé dos veces! Sigo aprendiendo, porque este es un oficio que nunca se deja de aprender. Jose Juan me está enseñando y transmitiendo todo lo que él aprendió del abuelo”, reconoce Joanes, quien repite más de una vez que, después de “toda una vida juntos” –abuelo y nieto vivían bajo el mismo techo-, “hubiera sido muy bonito haber coincidido las tres generaciones”. Pues sí, la verdad. Aunque el legado de su pasión por los bosques lo lleva consigo y el amor por aquella madera con la que Juan Jose, primero, y Jose Juan, después, comenzaron a idear caballetes, también.
Jose Juan demuestra un profundo compromiso con la protección del medio ambiente, como toda la empresa. Para nosotros, los bosques son mucho más que una fuente de materia prima, son la esencia misma de nuestra inspiración y responsabilidad con la sostenibilidad. “Cuidamos los bosques mediante podas muy selectivas. Cuando los pinos tienen entre 40 y 50 años, se talan, antes de que mueran, se sequen o comiencen las enfermedades”.
Las señales que el pinar envía
Joanes, que está realizando el curso de tasador para poder certificar las mediciones de los pinares, es un experto en localizar las señales que el árbol envía cuando está vivo o se está muriendo. “En cuanto a la calidad, el pino joven es el que tiene mayor calidad, pero hay que fijarse si está infectado por la enfermedad de la ‘banda marrón’. En el pino maduro, hay que mirar que no sean muy ramosos y que no tenga nudos negros. Si las ramas están podridas quiere decir que, al sacar las tablas de esos troncos, los nudos que se crean con esas ramas serán negros. Con 55 o 60 años, hay probabilidad de que por dentro esté podrido. Si nos encontramos con hongos en el tronco, podría ser un síntoma de que ya está seco. Por el contrario, si en la base hay ramas verdes, significa que el pino está vivo por dentro”, explica con soltura Joanes.
“Las grietas de la corteza son otras de la señales, si son rojas quiere decir que el pino sigue teniendo fuerza para crecer y si están negras significa que el pino se ha estancado. El tema de las pistas es también muy importante, hay que saber diferenciar qué tipo de tierra hay, si se trata de una pista de barro o de piedra”, concluye.
“Poco más análisis se puede hacer de un pinar. Yo no lo hubiera dicho mejor. Lo has dicho perfecto”, le suelta reconfortado Jose Juan a Joanes, con ese orgullo de ver a su sobrino tomar las riendas con tanto aplomo y seguridad, porque la gestión forestal del día a día corre ya a cuenta de Joanes, de quien dice tiene “don de gentes y sabe relacionarse muy bien”. Bueno, Jose Juan cuela una apreciación más: “Es importante fijarse en la altitud a la que se encuentra el pinar. Si está a más de 400 metros, los pinos crecen más lentamente, son muy bajos y con ramas muy grandes. No es exacto pero lo ideal es que se encuentre de 300 ó 400 metros para abajo”.
“El oficio de gestor forestal no se entiende”
A Jose Juan se le nota la pasión por su trabajo en cada palabra que suelta: “A mí me encanta ir al monte, estar con el propietario y negociar, este trabajo es precioso. Lo que me menos gusta es la gestión con la Administración que cada vez es más complicada”. De vez en cuando, también se enciende, porque no todo es como le gustaría. “Hay quien entiende que cuando talas un pino, replantas y reforestas. Pero, por lo general, el oficio de gestor forestal no se entiende. Parece ser que ser forestalista es talar un árbol y ya está. Y no es así”.
Desde 2005 Astigarraga Kit line cuenta con la certificación PEFC, que avala que la madera se extrae de bosques gestionados de manera responsable, asegurando la trazabilidad en todos los eslabones de la cadena de suministro. “Fuimos casi pioneros en España. Hace casi 20 años éramos los que más provocábamos que los propietarios certificaran sus bosques. Era un hándicap a la hora de adquirir un pinar. Nosotros siempre pedíamos el certificado PEFC y otros no lo hacían”. Desde 2019, Astigarraga Kit Line cuenta también con el identificativo Ecolabel otorgado por la Unión Europea, que certifica que contribuimos a una economía sostenible reduciendo el impacto ambiental.
«Plantar, plantar y plantar»
Y no, no se tala un pino y ya está. En Astigarraga Kit Line se promueve una gestión forestal sostenible, una gestión que busca cuidar ese ciclo de vida de los bosques donde al retirar un árbol, se deja espacio para que crezca otro. De ahí que el verbo que más repite Jose juan sea plantar, y por partida triple: “Plantar, plantar y plantar. Planta lo que quieras, haya, roble, encina o pino, pero planta”. “La reforestación es un compromiso personal”, asevera. Y es que siente muy dentro esa “responsabilidad moral” de proteger y cuidar los bosques para los que vienen detrás.
Joanes apoya el discurso de Jose Juan y cree que se necesita “más comprensión y respeto a los madereros”. “Los últimos años ha hecho mucho daño la tala descontrolada y no sostenible en África y el Amazonas. Y la gente se piensa que aquí es igual. Es muy bonito caminar por un monte de hayas que tiene 150 años, pero si no podas un pinar a los 60 años empieza a pudrirse. ¿Qué es mejor: un monte podrido o un monte que se tala y se reforesta otra vez?”, se pregunta.
José Juan requiere lo mismo hacia los forestalistas: “Empatía”. “Los 12.000 propietarios que existen en el País Vasco son lo que verdaderamente están plantando y forestando los bosques en Euskadi”, afirma. El director del área forestal lamenta que en Gipuzkoa, la provincia con la superficie de arbolado más grande de España (61%), haya un 16% que no se ha plantado en los últimos cinco años, según datos de la Asociación de forestalistas de Gipuzkoa.
Educación medioambiental
Jose Juan aboga por una gestión forestal en la que intervengan todas la partes: propietarios, ecologistas, fábricas madereras (papeleras, aserradores, fabricantes de muebles…) y administración. “Todos de la mano”, anhela. Porque la meta, según él, es “dejar un mundo verde”. También respalda una educación medioambiental que debe de empezar en las escuelas. “Yo no lo he aprendido en la escuela sino hace dos años. La gente no tiene información sobre nuestro trabajo. No es echar y no plantar. No se sabe identificar cuando un pinar se ha talado y acto seguido se ha plantado. Se piensa que todo está deforestado y no se distingue que ya se han plantado nuevos árboles”, continúa Joanes.
El esfuerzo y trabajo del padre y abuelo de ambos no fue en vano, las horas y horas cargando a mano los troncos no cayeron en saco roto. Jose Juan rememora de él la honradez que le caracterizaba, la confianza que transmitía y la credibilidad de la que gozaba. “Mi padre estaba contento en vida con los hijos, aunque no te lo transmitiera, era vasco. Pero mi madre sí nos lo traslada, y es más, muchas veces nos dice lo feliz que estaría viendo también a la tercera generación seguir sus pasos”. Y es que además de Joanes, hay otros dos nietos de nuestro cofundador: Karmele Martínez de Cabredo y Djuniet Astigarraga, responsables de operaciones y del e-commerce, respectivamente.
Cada árbol, cada pinar, cada bosque son un eco de las voces de aquellos que vinieron antes, de Juan Jose Astigarraga, de Joaquín Egaña y de otros muchos; son una invitación a seguir adelante con lo que ellos empezaron. Que el trabajo de Jose Juan y Joanes nos recuerde que el legado de su padre y abuelo, respectivamente, no solo vive en el pasado, sino que también florece en el presente y se proyecta hacia el futuro. Que aunque las tres generaciones no hayan podido coincidir en los bosques transitando los pinares, persista igualmente esa responsabilidad que sobrevuela por Astigarraga Kit Line de cuidar y proteger el tesoro más preciado que nos han legado: nuestros bosques.
Hoy es 21 de marzo, Día Internacional de los bosques. Nuestra inspiración. Donde comienza todo. ¡Feliz día!