Hoy se celebra el Baskegur eguna, una cita que se ha mantenido fiel al calendario en la que las personas que representan al sector forestal vasco, que supone el 2% del total del empleo de Euskadi, debaten y ponen en valor el trabajo que realizan. Oskar Azkarate, director general de Baskegur, la asociación profesional representativa del sector forestal madera vasco, aterriza en Zamudio después de un periplo por la Feria Ligna en Hannover y la Asamblea general de PEFC en Sevilla o la Asamblea de InnovaWood en Tallín (Estonia). Apasionado de su trabajo, Azkarate lucha para que la gestión forestal esté mejor vista; y saca músculo para defender que el 72% de la madera que utiliza la industria vasca procede de Euskadi, y que la madera sostenible es el material natural y renovable que se tiene de cercanía más importante para hacer bioeconomía.
– ¿Qué nos espera de nuevo este Baskegur Eguna?
– Este año haremos hincapié en temas especialmente sensibles para la viabilidad del sector como el trabajo con los más pequeños en los centros escolares, con el objetivo de que conozcan nuestra realidad y entiendan que la gestión forestal es necesaria si queremos contar con una materia prima que permita el desarrollo de la bioeconomía. No faltarán tampoco las referencias a los trabajos que se están realizando para lograr la digitalización de la cadena de valor, y otras iniciativas vinculadas con la innovación.
– ¿Cuál es la situación que atraviesa en la actualidad el sector forestal-madera en Euskadi?
– La madera goza de una imagen muy buena y positiva. Hay una fuerte demanda de productos de madera, incluso por parte de sectores en los que nunca hemos estado. Sin embargo, y es una paradoja, estamos en uno de los peores momentos en cuanto al aprovechamiento y la gestión forestal. Cada vez está peor vista por parte de la ciudadanía y más penalizada a nivel normativo. No está bien visto cortar árboles o trabajar con ciertas especies, que son las que nos dan los productos que ellos adoran. El embalaje o el packaging tienen que ser en papel, en vez de plástico. Pero el papel viene de la madera. Y la madera sostenible es el material natural y renovable que tenemos de cercanía más importante para hacer bioeconomía. Lo que no tiene sentido es que ésta venga de eucaliptos o pinos de Brasil o de Austria, porque ya no sería tan sostenible. Hay que poner en valor el km0.
– ¿Quizás es necesario construir un relato para que se valore el sector de la madera positivamente? Cita mucho la bioeconomía…
– El primer relato lo hemos basado en la bioeconomía. Esta estrategia consiste en hacer productos que hoy no existen, que nos va a posicionar en mercados que hoy no estamos, como la automoción o la química verde. Todo ese mundo es realizable con madera. Es la alternativa a productos mucho más contaminantes basados en el petróleo y una de las soluciones para combatir el cambio climático. Y esto no es posible hacerlo si no lo haces con una materia prima local, para lo cual es necesario cortar árboles, aquí viene la parte que no se entiende… Es necesario entender que hay una gestión forestal que a veces igual nos molesta cuando vamos con la bici en el monte, porque hay alguien pasando con un camión, que a veces no nos gustan ciertas especies que son necesarias, para hacer construcción en altura, para sustituir el hormigón, el aluminio o el PVC que son muchísimo más contaminantes.
– Dice que la gestión forestal está mal vista. ¿Cómo se le puede dar la vuelta a esta percepción?
– En el último año estamos trabajando otro relato mucho más centrado en la gestión forestal para eliminar creencias que nos hacen mucho daño. Cuando se critica la gestión que se hace, está basada en el desconocimiento. Hay que dar más luz, más transparencia y más información en esa parte de la gestión. No es verdad que tenemos monocultivo. Euskadi es un mosaico de especies: el 28% es pino radiata, la mitad son frondosas y la otra mitad, coníferas. Los países nórdicos tienen un 80% de abeto. Aquí tenemos cada vez más superficie de masa arbolada de frondosas que está mayoritariamente gestionada por privados.
– Ese relato sobre la gestión forestal, ¿Cuál sería?
– Por un lado hay que poner en valor a los gestores. El propietario forestal es un 75% privado en Bizkaia y Gipuzkoa. Es el responsable de gestionar y cuidar ese monte que el ciudadano disfruta cuando pasea, va en bici o a recoger setas. Y que puede pasar gracias a que alguien lo cuida. Si no igual, estaría lleno de zarzas y no podría pasar. Si estamos en un récord histórico de no incendios, es porque alguien lo gestiona y lo cuida.
Por otro lado, hay que poner en valor también que la gestión es multifuncional y que no existe ese monocultivo que nos dicen. Hay que compatibilizar modelos de conservación –las frondosas autóctonas ya son casi la mitad de la superficie total de Euskadi-, con otras masas de crecimiento rápido productivas para obtener esa materia prima natural y renovable que nos la posibilidad de hacer bioeconomía. Este es el modelo que es envidiado fuera de Euskadi.
– ¿Cuántas empresas están adscritas a Baskegur y qué relevancia tiene el sector de la madera vasco?
– Baskegur es una asociación de asociaciones. Son éstas las que se asocian a Baskegur. Según el Libro blanco del Observatorio Vasco de la Madera, somos 19.000 trabajadores entre directos (15.000) e inducidos. Somos una rara vis, ya que representamos más allá de la industria. No hay empresa de madera en Euskadi que no esté en Baskegur. Además, también están las tres asociaciones vascas de propietarios forestales, que la conforman alrededor de 10.000 socios.
– Es un sector muy diversificado…
– Sí, mucho. De hecho en Euskadi tenemos empresas en casi todos los diferentes sectores; incluso, empresas de primer nivel. El aserradero o la empresa de primera transformación más grande de España o el gran constructor de madera están en Euskadi y en Baskegur. Astigarraga Kit Line también es una empresa que sois un referente a nivel nacional y sur de Europa. Baskegur lo componen diferentes subsectores y empresas referentes.
– ¿Está Baskegur suficientemente representada o echa de menos la presencia de alguna empresa?
-Dentro de la estrategia de bioeconomía, nos falta incorporar nuevos sectores, nuevas empresas que no tienen nada que ver con la madera.
– ¿A qué se refiere?
– Mercados que hasta ahora no estábamos; por ejemplo, la automoción, energía, textil, algún tipo de packaging que nunca iba con madera, cartón o papel. ¿Por qué? Porque en esa estrategia de bioeconomía, estos sectores están buscando nuevos productos mucho más sostenibles, naturales y renovables como la madera, que sustituyan a los derivados del petróleo. Sin Es el momento de empezar a abrir el sector hacia nuevos mercados que nos aporten valor añadido y mejor imagen.
– ¿Qué servicios ofrece Baskegur a los profesionales del sector de la madera?
– Trabajamos en cinco áreas estratégicas: comunicación, formación, competitividad, sostenibilidad o certificaciones de medio ambiente e internacionalización.
– En Astigarraga Kit Line llevamos tatuada la palabra sostenibilidad. Nos avalan dos certificaciones importantes: PEFC y la etiqueta ecológica Ecolabel. ¿Cómo se fomenta desde Baskegur un concepto como es la sostenibilidad, tan prioritario para la sociedad en general?
– Baskegur está dinamizando la sostenibilidad a varios niveles. Trabajamos la implantación y promoción de los sellos PEFC y FSC, que son voluntarios y que avala que la madera procede de bosques con desarrollo sostenible. Y todo lo que es EUTR, que ya es madera legal, y es obligatorio para delimitar a países cuya procedencia de la madera es dudosa. Las secretarías de PEFC y EUTR se llevan desde Baskegur.
Desde hace más de diez años, ayudamos a las empresas a obtener las declaraciones ambientales de producto (DAPs). Somos un referente en el sur de Europa por mayor número de DAPs, pero además hemos conseguido y ahora lo vamos a renovar, la declaración ambiental de producto sectorial para usos diversos. Hemos sido los primeros en Europa. La que había solamente era para construcción.
-La palabra sostenibilidad está muy manida, ¿no cree?
– Por eso es importante poner luz y enfatizar la comunicación dentro de la sostenibilidad. No es solo que tú seas sostenible o no, sino que también comuniques y expliques por qué eres sostenible y por qué otros no lo son tanto. Ahora todo el mundo es sostenible y eco. Pero hay que poner en valor las certificaciones que son objetivas y pasan auditorías. A veces hay desconocimiento por esa ensalada de logos, mucho comercial poniendo en valor su producto y todos terminan diciendo lo mismo. Pero en nuestro caso, sí lo somos y tenemos que dar toda la información para que lo pueda comparar el consumidor.
– ¿Y cómo se define lo que es sostenible y ecológico?
– Sostenible o ecológico es algo que es natural, renovable o de cercanía. Pero no solo es una cuestión de que un producto sea sostenible y tenga un consumo bajo de energía en su producción. Además, la madera es totalmente reciclable y tiene infinitas vidas con un bajo coste energético en su producción. Asimismo, nosotros no hablamos de residuo, hablamos de subproducto. El resto de materiales tienen un problema al final de la vida útil. Todo el mundo vende como eco y sostenible un aluminio o PVC reciclado, pero reciclarlo tiene un coste energético brutal. En el caso de la madera, es triturarlo y convertirlo en un tablero, o triturarlo y crear energía, o no triturarlo. Es la mejor materia prima para construir de forma preindustrializada.
-Uno de los objetivos de Baskegur es posicionar la madera vasca internacionalmente. En este sentido, ¿qué acciones lleváis a cabo?
– Primero, como organización tienes que estar en el mundo. Baskegur impulsa la internacionalización de las empresas y del propio sector forestal-madera de Euskadi apoyando la apertura de nuevos mercados y fortaleciendo la presencia en los más asentados. Algunas de las acciones son las misiones comerciales directas, la participación en ferias y congresos internacionales y la organización de misiones empresariales en el extranjero agrupadas a las principales ferias del sector. Vamos con un todo: el mismo stand para todas las empresas, aunque luego cada uno lo personalice, pero buscamos posicionar la imagen de marca identificativa del colectivo empresarial y de la madera local vasca a nivel internacional.
– Euskadi cuenta con uno de los ratios mayores de Europa en cuanto a superficie arbolada. Pero el consumo de madera aquí es mucho menor que en esos países que también cuentan con grandes superficies arboladas…
-Así es. Tenemos ratios de superficie arbolada parecidos a los países nórdicos. En Euskadi, el 52% son frondosas (sobre todo, robles y hayas) y el 48%, coníferas (el 28 % es pino radiata). Cuando hablamos de km0 y aprovechamiento de la materia prima, hay que destacar que el 72% de la madera que utiliza la industria vasca procede de Euskadi. Otro 26% es de comunidades limítrofes. Y no llega al 2% la madera de importación. Esto es totalmente antagónico con lo que sucede en España. Principalmente se trabaja con madera de importación, de Austria, Finlandia o Alemania.
Se da la paradoja de que somos un país forestal en cuanto a ratios, tenemos una industria de las más potentes del sur de Europa. Sin embargo es ridículo que estas empresas tengan que ir fuera de Euskadi y de España a hacer estas obras, lo cual ya no lo hace tan sostenible. No tiene sentido una empresa de aquí esté haciendo tantas obras en Francio o Reino Unido y aquí las obras sean entorno al 1%. El porcentaje de construcción en madera es del 0,8% respecto al total. En la construcción es muy evidente pero en otros muchos más sectores utilizamos muchísima menos madera que en otros países. Hay que poner en valor el km0 y la materia prima local.
¿Cuesta incorporar la madera como producto de consumo habitual?
– Es un tema totalmente cultural, y por la sostenibilidad está cambiando y volviendo. Hemos perdido la cultura de la utilización de la madera. Hoy en día nos cuesta mucho tener profesionales, prescriptores, arquitectos o ingenieros que trabajen con madera por desconocimiento. Desapareció la madera de las carreras de Arquitectura o Ingeniería. Hemos tenido un desapego de la madera, que fue un gran error. El prescriptor que puede venir con un proyecto de madera, ya no te viene porque no lo conoce, cosa que no ha pasado en el centro y norte de Europa. Ellos trabajan y consumen la madera.
– ¿Cuáles están siendo las principales líneas de actuación para Baskegur en este 2023?
– Tenemos un plan estratégico con muchas líneas de acción en cada una de las cinco áreas que he mencionado antes. Como hechos importantes, ciertas misiones de internacionalización. A nivel de formación estamos lanzando un programa de especialización para aprovechamiento y transporte forestales. Estamos inmersos en un proyecto para los colegios para que los niños sepan cómo se trabaja y gestiona el monte, a través de dibujos animados, que lo presentamos hoy en el Baskegur Eguna. Queremos poner en valor es la multifuncionalidad del bosque. Porque el bosque son muchas cosas: es verdad que te da madera, pero también setas, ocio, oxígeno, te retiene el agua en el suelo, te crea ecosistemas… En esa pedagogía y relato, queremos enseñar a los niños que cortar un árbol no es malo. También estamos trabajando en otro proyecto muy importante a nivel de comunicación que es una gran campaña sectorial en todos los medios. Hace siete años hicimos la campaña ‘Gure zura’ y ahora vamos a otra cuya idea es llevar el bosque a la ciudad. A todo esto, hay que añadir los 48 proyectos que llevamos en el plan estratégico.