Cuando Juan José Astigarraga creó el primer caballete en 1983 para el mercado francés, seguro que no se podía imaginar la magnitud que tendría su proyecto. Lo que arrancó en un pequeño taller se ha convertido en dos instalaciones productivas que superan los 15.000 m2, un equipo humano de 120 personas y una red de distribución con 5.000 clientes en toda Europa. Conocedor de las entrañas de los bosques, Juan José se fue hace cuatro años, habiendo pasado el testigo años atrás a sus cuatro hijos, pero por encima de todo, consiguiendo preservar en la siguiente generación los valores como el esfuerzo, el trabajo, la confianza y la ilusión.

A su hija Itziar Astigarraga, presidenta del consejo de Administración y cofundadora de la empresa, le brillan los ojos cuando habla de su padre. Echa en falta “las risas” y esa personalidad “positiva y dinámica” del fundador. Sus ojos siguen brillando cuando nombra a sus hermanos –Izaskun, Jose Juan e Izaro-. Presume de familia y confiesa la admiración que siente por ellos. Cuatro pilares esenciales que están manteniendo el legado de emprendimiento, esfuerzo y dedicación que su padre les inculcó. Esta es una entrevista a Itziar Astigarraga sobre principios y ética, sin olvidar la actividad que define a Astigarraga Kit Line: el diseño y la fabricación de muebles y productos de ordenación en madera ecológica y natural. Ser sostenible y rentable es posible.

40 años de historia con los mismos valores

-El germen de Astigarraga Kit Line tiene un nombre: Juan José Astigarraga. ¿Cómo recuerda aquellos primeros pasos de su padre?

-Nosotros no conocimos los primeros pasos porque nuestro padre empezó su andadura profesional en la actividad forestal hacia 1950. Tenía un gran conocimiento: compraba bosques de distintos tipos de árboles, subcontrataba a las cuadrillas de taladores y aserraderos para convertir toda esa madera en materia prima para sus clientes; sobre todo, fabricantes de muebles y de embalaje. Hacia 1981 hubo una gran crisis en el sector del mueble que afectó a muchos de sus clientes.

Se dice que de las grandes crisis surgen grandes oportunidades. Él, que era una persona muy emprendedora y dinámica, enseguida vio una: dar utilidad a la materia prima de la que era un gran conocedor, creando un pequeño taller de fabricación de caballetes de madera.  Entre 1981 y 1983 tuvo la suerte de conocer al que iba a ser el distribuidor de los caballetes en Francia: Garoa.

El fundador de Astigarraga Kit Line, Juan Jose Astigarraga.

-¡Lo que ha dado de sí un producto tan práctico y sencillo! Y además, nacéis siendo internacionales…

-Nuestro padre tuvo un golpe de suerte porque desde su primer día de fabricante de caballetes fue internacional. Los primeros caballetes que él fabricó fueron para el mercado francés.

Expansión y consolidación en mercados exteriores

-El mercado evoluciona y la empresa tiene que adaptarse a las nuevas circunstancias. De fabricar solo caballetes de madera se pasa a diversificar la oferta en nuevos productos y mercados. Y aquí, usted tiene mucho que ver…

Entre 1983 y 1985, la relación con Garoa se consolida porque nuestro padre demostró que tenía una gran capacidad de fabricar la cantidad de caballetes que le pedían semanalmente y garantizar la calidad. Era consciente de que el mercado francés era muy exigente y no dudó en comprar la maquinaria necesaria.

Yo desde mi casa sentía ganas de conocer el trabajo de mi padre y en 1983 entro en la empresa. Estoy dos años en la actividad fabril y en 1985 empiezo a forjar una relación estrecha con Garoa, que nos pregunta si seríamos capaces de fabricar estanterías y botelleros para el mercado francés. Ahí vimos que la base y la parte más importante -el conocimiento y la experiencia-, estaba garantizada. ¿Qué necesitábamos para responder a esta demanda? Diseñar las estanterías y los botelleros y comprar la maquinaría. Y nos pusimos manos a la obra con el diseño. Hasta 1986, el 100% de la fabricación de estos dos nuevos productos seguía siendo para el mercado francés.

-¿Cuándo se abre la veda a otros mercados?

En 1986, viendo que teníamos capacidad de fabricar diversos productos, decidimos abrir una red comercial en España, ya que habíamos detectado que despertaba el sector de las tiendas de bricolaje en España. Fue en este momento cuando se inicia la expansión por todo el país con un catálogo más amplio lleno de creatividad: diversificamos la oferta con nuevas familias de caballetes, estanterías y botelleros de madera maciza de pino. Fue un nuevo reto para nuestra joven empresa, con resultados extraordinarios. Para dar este gran paso, ampliamos nuestras instalaciones industriales.

En 1988 se empieza a vender en Alemania, y en 1989, se abre la primera tienda de Leroy Merlin en Madrid con la implantación de todo el portfolio. A partir de 1990, se inicia un periodo de expansión y consolidación en España, Francia, Portugal, Bélgica, Alemania y Dinamarca. En 1997, iniciamos la penetración en otro mercado: el italiano. Y en 2001 nos convertimos en líderes en la fabricación de caballetes, gracias al estreno de un nuevo pabellón industrial.

-Con  la crisis de 2008, ¿hubo una de cal y otra de arena?

-Por un lado esta crisis afectó duramente a las ventas en el Estado, pero por otro lado, a Astigarraga Kit Line nos hizo más fuertes. El proyecto de internacionalización que habíamos puesto en marcha empezó a recoger sus frutos: en 2008, el 80% de la facturación se generaba en el Estado y el 20% en el resto de mercados; mientras que en 2018, los porcentajes fueron a la inversa. La consolidación en Francia ya era un hecho y pasamos a crear fuertes equipos comerciales en Italia y Alemania, duplicando la facturación.

La primera generación irrumpe con fuerza

-¿Es un desafío pasar de la primera a la segunda generación?

-Ha sido un proceso natural. Año a año íbamos introduciéndonos en nuevos países, y se fueron incorporando los hermanos. En los inicios, lo hace nuestro hermano Jose Juan, que siguió la estela de nuestro padre, en las operaciones productivas y en su afán por echarse al monte para aprender los gajes del oficio de forestalista. En 1991 entra Izaskun, que hoy es la responsable financiera, la que se ocupa de la salud de los recursos financieros. Y en 2001, se incorpora Izaro, que ha logrado crear un equipo de marketing sólido, el motor promocional de la empresa del que ahora es la directora y en el que desarrolla los nuevos productos y lidera traccionando los equipos comerciales.

De izquierda a derecha: Izaro, Itziar, Izaskun y Jose Juan Astigarraga, consejera delegada y directora de Marketing y Mercados, presidenta del Consejo de Administración, responsable financiera y director del área forestal de Astigarraga Kit Line, respectivamente.

-Y mantener la misma ilusión que desprendía vuestro padre y sus valores, ¿es otro desafío?

-Los cuatro hermanos hemos iniciado el recorrido en la empresa con un denominador en común: que la pasión por la madera y la ilusión por la empresa se mantengan fuertes. Esto nos lo contagió nuestro padre: el creernos el proyecto, ilusionarnos por él, y que reinara la confianza entre nosotros y con el resto de las personas de la organización. Pero iba más allá: él consiguió que esa confianza también se trasladara a las empresas que trabajaban con él. Los propietario forestales, los taladores, los del aserradero, los transportistas, los proveedores de herrajes… Todos confiaban plenamente en él.  Y es lo que nos transmitió desde el principio y a día de hoy seguimos creyendo e intentando contagiar a las personas que trabajan con nosotros: la importancia de la confianza en una relación con miras a largo plazo.

Nuestro éxito, el equipo humano

-¿Se cumple el refrán ‘De tal palo, tales astillas’?

-Hemos procurado que sí. En nuestro caso, se cumple al 100%. Somos cuatro hermanos entregados en cuerpo y alma al proyecto que dio vida nuestro padre, con esos ojos que siempre estaban llenos de ilusión. Ahora estamos trabajando en ese proceso de transmitir esa ilusión a las terceras generaciones, que de momento hay tres personas, pero por encima de todo, a todo el equipo humano de Astigarraga Kit Line. No se entiende una empresa sin ilusión, confianza, ánimo, seguridad…

-Y sin personas tampoco se entiende…

Así es. El éxito de Astigarraga Kit Line es gracias a todo el equipo humano. Somos más de 120 personas entre dirección, equipos comerciales, de marketing, administración, trabajadores de las plantas… Las personas han sido tan fieles al proyecto de nuestra empresa, que en los últimos años se están jubilando personas que empezaron al principio de los albores. Hay que agradecer y valorar la suerte de que nuestro padre  ha estado acompañado de personas que han compartido sus valores.

-Ilusión, confianza y otro de esos valores de vuestro padre era la honestidad. Tenía una frase que la repetía mucho…

Cuando des tu palabra, cúmplela. La palabra es sagrada… La decía mucho a todos sus colaboradores. El no necesitaba ningún papel, sabía que los documentos eran necesarios, pero era de los que decía que lo que se  pactaba de modo verbal, era sagrado.

-¿Todos estos valores se han mantenido constantes en el tiempo o han ido variando a lo largo de su trayectoria?

Seguimos trasmitiéndolos a las siguientes generaciones. Es otro de los éxitos de la empresa. Él siempre nos recordaba también la importancia de tener capacidad de sacrificio, porque solo así llega la recompensa. Entendido como dedicación, poner ilusión en el proyecto y trabajo.

-La recompensa a ese sacrificio y trabajo de sortear crisis y cambios de rumbo en las estrategias llega en julio de 2021, cuando la empresa recibe el Premio a la Internacionalización empresarial de la Cámara de Comercio de Gipuzkoa… La importancia que ha tenido la marca en su estrategia de expansión es obvia… 

-Somos una empresa exportadora desde el día uno. Todo el esfuerzo que había hecho la empresa, se vio recompensada en forma de este premio, además en un momento muy especial… Los mercados internacionales son muy exigentes, y para cumplir con sus demandas hemos realizado un gran esfuerzo de atracción y retención de recursos humanos y tecnológicos.

De izquierda a derecha, la tercera generación representada en Djuniet Astigarraga, responsable del e-commerce, Itziar, Jose Juan, Izaskun e Izaro, en la entrega del Premio a la Internacionalización de la Cámara de Comercio de Gipuzkoa.

-¿En qué otros países tienen las miras puestas?

-En los países del norte de Europa, en aquellos países con esa cultura de que los productos de madera recuperan la esencia de lo natural y hacen que la vida en el hogar sea más agradable y acogedora, y se respire paz y bienestar. Ir a vender a países que no aprecian la madera no tiene ningún sentido, es como ir a vender paraguas al desierto.

-¿Qué se hace desde la empresa para minimizar la actividad de diseñar y fabricar muebles de madera maciza de pino?

-En Astigarraga kit line siempre decimos que nuestra razón de ser es la madera. Somos propietarios de toda la cadena de valor: compramos el bosque, lo talamos, transformamos los troncos en tablas en la serrería, secamos la madera al natural en unas campas, y en las naves de producción, fabricamos los diferentes productos del catálogo. Es decir, aplicamos la economía circular a lo largo de toda la cadena de valor, desde la obtención de la materia prima hasta la comercialización de nuestros productos. Toda la madera es extraída de los bosques del entorno, de Gipuzkoa y Bizkaia. El 100% de la madera procede de esos bosques locales. Y el 100% de la misma es aprovechada para otros fines: para biomasa o para las papeleras.

Debe de haber una consistencia entre lo que somos, lo que decimos que somos y lo que hacemos. Cuidamos los bosques mediante podas muy selectivas.  Y solo talamos los pinos en su fase más madura, cuando su ciclo de vida ha terminado, respetando su crecimiento natural. Siempre con el compromiso de la reforestación.

Jose Juan aprendió de su padre los entresijos del oficio de forestalista.

-La madera con la que fabrican es local y, lo más importante, está certificada.

-Los certificados de madera son una garantía forestal y medioambiental. Desde 2005, todos nuestros productos cuentan con la certificación PEFC, lo que garantiza que la materia prima se obtiene de forma legal de bosques con una explotación controlada y sostenible. Otro hito fue la consecución en 2019 de la Etiqueta Ecológica Europea o Ecolabel, que promueve la economía circular impulsando a los fabricantes a generar menor volumen de desperdicios y de CO2 a lo largo de todo el proceso productivo.

-Atesora casi 40 años de experiencia. ¿Qué cree que les diferencia de sus competidores?

-Además del uso de la madera local y ecológica y de ser propietarios de toda la cadena de valor,  tenemos capacidad de innovación en el diseño de los productos, siempre dando una solución de valor a las necesidades de los clientes y consumidores. Nuestra oferta de productos es muy diversa: ¿qué tiene que ver un caballete con una caja de ordenación? También, la capacidad de distribución directa a los clientes y, sobre todo, la estrecha relación con ellos. La atención al cliente es fundamental.

En contra de los ‘techos de cristal’

-Si paseas por las diferentes plantas de producción, por las oficinas o te cuelas por una reunión del Comité de dirección o del Consejo de Administración, hay mujeres. ¿Cada vez hay más activas en puestos de alta dirección o el techo de cristal es aún una realidad?

-En Astigarraga Kit Line desde sus inicios no se ha hecho distinción entre hombres y mujeres. Tanto en las unidades fabriles como en el resto de áreas hay mujeres, por su valía. El porcentaje de mujeres siempre ha sido alto, porque prevalece el talento ”sin género” y sin prejuicios. Siempre hemos apostado por el conocimiento y las capacidades, independientemente del género. Tanto en puestos de alta dirección como en el resto de la plantilla, la proporción está nivelada. Pero es verdad que por lo general, esto no sucede en demasía.

De izquierda a derecha: la responsable de marketing, Begoña Arakistain; Izaro e Itziar Astigarraga.

– Con tu experiencia, ¿cómo ve el sector de la madera y sus expectativas de futuro?

– La madera es un recurso natural, eficiente, económico, ecológico pero sobre todo renovable, reutilizable y reciclable. Las ventajas del uso de la madera son innumerables. Pero nuestra obligación y deber es hacer un buen uso de ella, es decir, tenemos que seguir optimizando el gran potencial que tiene esta materia prima que es la madera. Somos un sector que genera empleo y riqueza; en este sentido, nuestro gran deseo es generar riqueza en y para el entorno de la madera en el País Vasco. Y somos también un sector que apostamos por la gestión forestal sostenible, la digitalización y la economía circular. Y solo así, bajo estándares de control y calidad, podremos preservar este recurso tan preciado.

Innovación y digitalización

-Para finalizar, ¿qué proyección hace de Astigarraga Kit Line para los próximos 10 años?

-Estamos poniendo todos los esfuerzos posibles en los dos grandes pilares –la innovación y la digitalización-, aumentando las inversiones en estos campos para optimizar los procesos productivos industriales. La innovación ha sido una de las palancas que hemos perseguido durante toda nuestra trayectoria, pero no me refiero solo a la tecnología, sino a la voluntad de buscar nuevas formas de hacer las cosas para progresar, y esto es imprescindible para ser innovador. A su vez, la digitalización la otra palanca que consideramos imprescindible para lograr un crecimiento interno y externo, ya que la revolución digital está  transformando el mundo y es importante que la empresa esté en este tren.

Las compañías tienen que crecer de un modo sostenible pero también rentable para garantizar un futuro estable a los trabajadores y  a todas las empresas que están confiando en nosotros: proveedores locales del entorno, distribuidores, agricultores propietarios de los bosques y más.

Asimismo, trabajaremos en el desarrollo de nuevos productos que nos permita seguir construyendo y moldeando aquella emocionante aventura que ideó nuestro padre en un pequeño taller hace ya 40 años, aquel sueño que él comenzó y que seguimos compartiendo con ilusión todos los que formamos parte de la empresa.